domingo, 16 de noviembre de 2014


OPINION
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¿Por qué a Risaralda le dan menos de lo que le toca?

Publicado 07/08/2013


Luis García Quiroga
Tengo un viejo amigo que en Pereira durante un buen tiempo estuvo en el ranking de los políticos con mayor liderazgo y reconocimiento, llegando incluso a tener una importante capacidad de poder, que de haberlo administrado haciendo lo políticamente correcto, estaría hoy por encima de  espantos y vanidades, y sería el patriarca respetable o el oráculo a consultar, como lo fue en su tiempo y hasta su muerte, don Gonzalo Vallejo Restrepo.

Creo que mi amigo sabe que lo tengo escaneado. Tiene la perversa costumbre de ejercer influencia sobre su entorno siguiendo el método de, primero te matoneo, luego te patroneo y después te monitoreo. En ese orden. Cuando me instó a que dijera en esta columna los conceptos que expresé en una agradable tertulia informal, no me cupo duda, de que me ponía en su radar. Por fortuna Pico della Mirandola nos recuerda que una de los grandes privilegios del ser humano consiste en no dejarse meter en ningún cause angosto. Claro, siguiendo la corriente de lo ancho.

Traigo esto a colación, porque la semana pasada en la mencionada tertulia, nuestro amigo se mostró indignado –y con razón- por la baja participación de Risaralda en el presupuesto del Gobierno Nacional, que es mucho menos de lo que nos corresponde conforme al PIB nacional, según dijo.  Una vez pasamos al análisis de las causas, sus argumentos fueron la baja preparación de nuestros dirigentes y gobernantes, y la forma como en el alto gobierno – donde él ha estado no pocas veces- nos ningunean, lo que es verdad, pero no es todo lo que cabe en la caja del análisis.

En la mesa, otra tertuliante alegó que había regiones del país en condiciones de necesidad y urgencias mucho más críticas que las nuestras. Lo cual también es cierto. Por mi parte, en contraposición a la incapacidad del Estado y de nuestros dirigentes, anoté dos factores que estimo, son el núcleo esencial de la participación de una región en el presupuesto nacional. En primer lugar, la falta de proyectosbien estructurados en sus 3 fases de prefactibilidad, factibilidad, y diseño y ejecución. Muchas veces los ministerios tienen el recurso, pero las regiones no tienen los proyectos. En segundo lugar, la capacidad de gestión. 

Estos dos factores adversos en la pesquisa de los recursos del Estado se deben básicamente a la debilidad de la administración pública tanto de la Gobernación como de la Alcaldía, cuya estructura organizacional y administrativa es anacrónica y por lo tanto, inapropiada para el cumplimiento de sus objetivos misionales. Para no entrar en las limitantes para asumir políticas con visión de prospectiva, que es materia de otra discusión aún más inquietante. En ese orden de ideas, uno de los grandes retos de los próximos Gobernador y Alcalde, es una reforma administrativa para modernizar la administración pública. Si el cálculo político los deja.

Volviendo al caso, me consta, y a mi amigo también, que incluso unidos, congresistas como Diego Patiño, Carlos Enrique Soto, Diego Naranjo y Didier Burgos gestionan obras para Risaralda. La nueva planta de tratamiento de agua potable y la rehabilitación del canal Nuevo Libaré por 20 mil millones de pesos, fueron parte del compromiso que la ex ministra de Vivienda Beatriz Uribe tuvo con el parlamentario Burgos cuando éste fue el ponente de la Ley que creó el Fondo de Adaptación para atender las emergencias de las olas invernales. Pero ojo que son obras que se debieron haber hecho hace una década o más.

Cuando María Isabel Mejía fue congresista, dicen que era insoportable en los ministerios reclamando obras para Risaralda. Oscar Vélez (QEPD) gestionó muchas obras. César Gaviria, igual. Una de lasventajas que tenemos en una región tan pequeña como la nuestra, es que todo se sabe. Incluso lo que no hicimos y lo que nos falta por hacer, que no es poco.

luisgarciaquiroga@gmail.com

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