artículo publicado en El Diario del Otún
http://eldiario.com.co/seccion/OPINION/qu-est-s-viendo-despu-s-del-15-de-junio-1406.html
Publicado 04/06/2014
Luis García Quiroga
¿Si el concepto de Nación es el de un pueblo cuyo destino está conformado por personas, territorio, costumbres e instituciones, puede alguien con plena certeza decir después del 15 de junio, qué nos espera en este país privilegiado que merece un mejor destino?
No son pocos los colombianos que temen estar frente a un déjà vu, esa paramnesia que nos da señales de sentir la sensación de estar viviendo algo que ya pasó, algo así, como, si gana Zuluaga o gana Santos, ¿será más de lo mismo?
Es probable que la enorme masa crítica de abstencionistas esté fatigada de tanta desigualdad social, deterioro del ingreso, de ver que los ricos son más ricos, que el 77 % de la tierra productiva es propiedad del 13%. En menos de 20 años los campesinos fueron despojados de casi 7 millones de hectáreas tanto por la guerrilla como por los paracos generando centenares de miles de familias desplazadas que llegan a ciudades como Bogotá, Medellín, Pereira y Cartagena a engrosar los cinturones de miseria y el comercio informal, caldo de cultivo de esta bomba social que crece y crece como en El sueño de las escalinatas.
Quienes pertenecemos a la generación de La Violencia y el Estado de Sitio estamos mamados de oír cada cuatro años que “vamos a acabar esta guerra fratricida”. Una señora me dijo: “Yo no quiero la paz para mis hijos, la quiero para disfrutarla con mis hijos”. En cosas como estas piensa la gente cuando en las encuestas dice que el país va mal. Lo que este país necesita es un nuevo liderazgo que los ciudadanos no ven por ninguna parte.
¿Son estas cosas las que la gente siente en este déjà vu? ¿Es tan grande el temor de que las cosas cambien para que todo siga lo mismo?. Sólo un timonazo de liderazgo hacia la generación de confianzaque arrodille el todo vale, que modernice el país y vuelva más eficiente el Estado le devolverá la ilusión a quienes sueñan con una Colombia mejor. Lo que hay detrás del descontento general es una población con mayor capacidad de exigencia y de análisis. Las mayorías colombianas no quieren ni los falsos positivos del uno ni los bandazos del otro. Ni las promesas incumplidas de este ni las mentiras de aquel.
El vasto segmento que cree estar viendo lo que ya había visto antes, no es conquistable con promesas ni con sonrisas forzadas. De cara a un electorado desconfiado cualquier postura de imagen corre el riesgo de ser una impostura. Más que imagen, lo que la gente quiere es mensaje y contenido y en ese sentido, las redes sociales están haciendo lo suyo.
En política como en el amor, aunque siempre hay ilusión y se sabe cómo es la cosa, no es posible anticipar o predecir el final porque hasta las encuestas se rajan. Lo bueno del amor es que puede tener un final feliz que ya lo quisiera uno en la política. En el juego por el poder alguien ganará y alguien perderá el 15 de junio, pero con un país político polarizado y todo lo que representa el desafío aceptado por los dos candidatos de acabar la guerra para pasar a trabajar el post conflicto, cualquier cosa puede pasar.
Un déjà vu no es un atrapasueños que filtra las pesadillas, pero como tanto en política como en el amor se piensa con el deseo, lo que nos queda es desear que cualquiera sea el ganador, no sea el país el que pierda.
periodistaluisgarciaquiroga@gmail.com
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